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Capítulo 1
Censo de Israel en Sinaí
1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de
reunión, en el día primero del mes segundo, en el segundo año de su salida
de la tierra de Egipto, diciendo:
2 Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus
familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos
los varones por sus cabezas.
3 De veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en
Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos.
4 Y estará con vosotros un varón de cada tribu, cada uno jefe de la casa
de sus padres.
5 Estos son los nombres de los varones que estarán con vosotros: De la
tribu de Rubén, Elisur hijo de Sedeur.
6 De Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.
7 De Judá, Naasón hijo de Aminadab.
8 De Isacar, Natanael hijo de Zuar.
9 De Zabulón, Eliab hijo de Helón.
10 De los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo de Amiud; de Manasés,
Gamaliel hijo de Pedasur.
11 De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.
12 De Dan, Ahiezer hijo de Amisadai.
13 De Aser, Pagiel hijo de Ocrán.
14 De Gad, Eliasaf hijo de Deuel.
15 De Neftalí, Ahira hijo de Enán.
16 Estos eran los nombrados de entre la congregación, príncipes de las
tribus de sus padres, capitanes de los millares de Israel.
17 Tomaron, pues, Moisés y Aarón a estos varones que fueron designados
por sus nombres,
18 y reunieron a toda la congregación en el día primero del mes segundo,
y fueron agrupados por familias, según las casas de sus padres, conforme a
la cuenta de los nombres por cabeza, de veinte años arriba.
19 Como Jehová lo había mandado a Moisés, los contó en el desierto de
Sinaí.
20 De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, por su descendencia,
por sus familias, según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de
los nombres por cabeza, todos los varones de veinte años arriba, todos los
que podían salir a la guerra;
21 los contados de la tribu de Rubén fueron cuarenta y seis mil
quinientos.
22 De los hijos de Simeón, por su descendencia, por sus familias, según
las casas de sus padres, fueron contados conforme a la cuenta de los
nombres por cabeza, todos los varones de veinte años arriba, todos los que
podían salir a la guerra;
23 los contados de la tribu de Simeón fueron cincuenta y nueve mil
trescientos.
24 De los hijos de Gad, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años
arriba, todos los que podían salir a la guerra;
25 los contados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil
seiscientos cincuenta.
26 De los hijos de Judá, por su descendencia, por sus familias, según
las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
27 los contados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil
seiscientos.
28 De los hijos de Isacar, por su descendencia, por sus familias, según
las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
29 los contados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil
cuatrocientos.
30 De los hijos de Zabulón, por su descendencia, por sus familias, según
las casas de sus padres, conforme a la cuenta de sus nombres, de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
31 los contados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil
cuatrocientos.
32 De los hijos de José; de los hijos de Efraín, por su descendencia,
por sus familias, según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de
los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra;
33 los contados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.
34 Y de los hijos de Manasés, por su descendencia, por sus familias,
según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de
veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
35 los contados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil
doscientos.
36 De los hijos de Benjamín, por su descendencia, por sus familias,
según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de
veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
37 los contados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil
cuatrocientos.
38 De los hijos de Dan, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años
arriba, todos los que podían salir a la guerra;
39 los contados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.
40 De los hijos de Aser, por su descendencia, por sus familias, según
las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
41 los contados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.
42 De los hijos de Neftalí, por su descendencia, por sus familias, según
las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
43 los contados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil
cuatrocientos.
44 Estos fueron los contados, los cuales contaron Moisés y Aarón, con
los príncipes de Israel, doce varones, uno por cada casa de sus padres.
45 Y todos los contados de los hijos de Israel por las casas de sus
padres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra en
Israel,
46 fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
Nombramiento de los levitas
47 Pero los levitas, según la tribu de sus padres, no fueron contados
entre ellos;
48 porque habló Jehová a Moisés, diciendo:
49 Solamente no contarás la tribu de Leví, ni tomarás la cuenta de ellos
entre los hijos de Israel,
50 sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, y
sobre todos sus utensilios, y sobre todas las cosas que le pertenecen;
ellos llevarán el tabernáculo y todos sus enseres, y ellos servirán en él,
y acamparán alrededor del tabernáculo.
51 Y cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo
desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de detenerse, los levitas lo
armarán; y el extraño que se acercare morirá.
52 Los hijos de Israel acamparán cada uno en su campamento, y cada uno
junto a su bandera, por sus ejércitos;
53 pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio,
para que no haya ira sobre la congregación de los hijos de Israel; y los
levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio.
54 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que mandó
Jehová a Moisés; así lo hicieron.
Capítulo 2
Campamentos y jefes de las tribus
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las
enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión
acamparán.
3 Estos acamparán al oriente, al este: la bandera del campamento de
Judá, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Judá, Naasón hijo de
Aminadab.
4 Su cuerpo de ejército, con sus contados, setenta y cuatro mil
seiscientos.
5 Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar; y el jefe de los hijos
de Isacar, Natanael hijo de Zuar.
6 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y cuatro mil
cuatrocientos.
7 Y la tribu de Zabulón; y el jefe de los hijos de Zabulón, Eliab hijo
de Helón.
8 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y siete mil
cuatrocientos.
9 Todos los contados en el campamento de Judá, ciento ochenta y seis mil
cuatrocientos, por sus ejércitos, marcharán delante.
10 La bandera del campamento de Rubén estará al sur, por sus ejércitos;
y el jefe de los hijos de Rubén, Elisur hijo de Sedeur.
11 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y seis mil
quinientos.
12 Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón; y el jefe de los
hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.
13 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y nueve mil
trescientos.
14 Y la tribu de Gad; y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de
Reuel.
15 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y cinco mil
seiscientos cincuenta.
16 Todos los contados en el campamento de Rubén, ciento cincuenta y un
mil cuatrocientos cincuenta, por sus ejércitos, marcharán los segundos.
17 Luego irá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los
levitas, en medio de los campamentos en el orden en que acampan; así
marchará cada uno junto a su bandera.
18 La bandera del campamento de Efraín por sus ejércitos, al occidente;
y el jefe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud.
19 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta mil quinientos.
20 Junto a él estará la tribu de Manasés; y el jefe de los hijos de
Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.
21 Su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y dos mil
doscientos.
22 Y la tribu de Benjamín; y el jefe de los hijos de Benjamín, Abidán
hijo de Gedeoni.
23 Y su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y cinco mil
cuatrocientos.
24 Todos los contados en el campamento de Efraín, ciento ocho mil cien,
por sus ejércitos, irán los terceros.
25 La bandera del campamento de Dan estará al norte, por sus ejércitos;
y el jefe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai.
26 Su cuerpo de ejército, con sus contados, sesenta y dos mil
setecientos.
27 Junto a él acamparán los de la tribu de Aser; y el jefe de los hijos
de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.
28 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y un mil
quinientos.
29 Y la tribu de Neftalí; y el jefe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo
de Enán.
30 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y tres mil
cuatrocientos.
31 Todos los contados en el campamento de Dan, ciento cincuenta y siete
mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas.
32 Estos son los contados de los hijos de Israel, según las casas de sus
padres; todos los contados por campamentos, por sus ejércitos, seiscientos
tres mil quinientos cincuenta.
33 Mas los levitas no fueron contados entre los hijos de Israel, como
Jehová lo mandó a Moisés.
34 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová
mandó a Moisés; así acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno
por sus familias, según las casas de sus padres.
Capítulo 3
Censo y deberes de los levitas
1 Estos son los descendientes de Aarón y de Moisés, en el día en que
Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí.
2 Y estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito,
Abiú, Eleazar e Itamar.
3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos, a los
cuales consagró para ejercer el sacerdocio.
4 Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando ofrecieron fuego
extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y
Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.
5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
6 Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del
sacerdote Aarón, para que le sirvan,
7 y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la congregación
delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del
tabernáculo;
8 y guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo
encargado a ellos por los hijos de Israel, y ministren en el servicio del
tabernáculo.
9 Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de
entre los hijos de Israel.
10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio;
y el extraño que se acercare, morirá.
11 Habló además Jehová a Moisés, diciendo:
12 He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en
lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de
Israel; serán, pues, míos los levitas.
13 Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice morir a
todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos
los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán.
Yo Jehová.
14 Y Jehová habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo:
15 Cuenta los hijos de Leví según las casas de sus padres, por sus
familias; contarás todos los varones de un mes arriba.
16 Y Moisés los contó conforme a la palabra de Jehová, como le fue
mandado.
17 Los hijos de Leví fueron estos por sus nombres: Gersón, Coat y
Merari.
18 Y los nombres de los hijos de Gersón por sus familias son estos:
Libni y Simei.
19 Los hijos de Coat por sus familias son: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.
20 Y los hijos de Merari por sus familias: Mahli y Musi. Estas son las
familias de Leví, según las casas de sus padres.
21 De Gersón era la familia de Libni y la de Simei; estas son las
familias de Gersón.
22 Los contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones de un
mes arriba, los contados de ellos fueron siete mil quinientos.
23 Las familias de Gersón acamparán a espaldas del tabernáculo, al
occidente;
24 y el jefe del linaje de los gersonitas, Eliasaf hijo de Lael.
25 A cargo de los hijos de Gersón, en el tabernáculo de reunión, estarán
el tabernáculo, la tienda y su cubierta, la cortina de la puerta del
tabernáculo de reunión,
26 las cortinas del atrio, y la cortina de la puerta del atrio, que está
junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; asimismo sus cuerdas para
todo su servicio.
27 De Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los
izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas;
estas son las familias coatitas.
28 El número de todos los varones de un mes arriba era ocho mil
seiscientos, que tenían la guarda del santuario.
29 Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo,
al sur;
30 y el jefe del linaje de las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel.
31 A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el candelero, los altares,
los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su
servicio.
32 Y el principal de los jefes de los levitas será Eleazar hijo del
sacerdote Aarón, jefe de los que tienen la guarda del santuario.
33 De Merari era la familia de los mahlitas y la familia de los musitas;
estas son las familias de Merari.
34 Los contados de ellos conforme al número de todos los varones de un
mes arriba fueron seis mil doscientos.
35 Y el jefe de la casa del linaje de Merari, Zuriel hijo de Abihail;
acamparán al lado del tabernáculo, al norte.
36 A cargo de los hijos de Merari estará la custodia de las tablas del
tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas y todos sus enseres, con
todo su servicio;
37 y las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus
cuerdas.
38 Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del
tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo
la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que
se acercare, morirá.
39 Todos los contados de los levitas, que Moisés y Aarón conforme a la
palabra de Jehová contaron por sus familias, todos los varones de un mes
arriba, fueron veintidós mil.
Rescate de los primogénitos
40 Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los
hijos de Israel de un mes arriba, y cuéntalos por sus nombres.
41 Y tomarás a los levitas para mí en lugar de todos los primogénitos de
los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de todos los
primogénitos de los animales de los hijos de Israel. Yo Jehová.
42 Contó Moisés, como Jehová le mandó, todos los primogénitos de los
hijos de Israel.
43 Y todos los primogénitos varones, conforme al número de sus nombres,
de un mes arriba, fueron veintidós mil doscientos setenta y tres.
44 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:
45 Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de
Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los
levitas serán míos. Yo Jehová.
46 Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los
primogénitos de los hijos de Israel, que exceden a los levitas,
47 tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del santuario los
tomarás. El siclo tiene veinte geras.
48 Y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate de los que
exceden.
49 Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de los que excedían el
número de los redimidos por los levitas,
50 y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel, en dinero, mil
trescientos sesenta y cinco siclos, conforme al siclo del santuario.
51 Y Moisés dio el dinero de los rescates a Aarón y a sus hijos,
conforme a la palabra de Jehová, según lo que Jehová había mandado a
Moisés.
Capítulo 4
Tareas de los levitas
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los hijos de Leví, por
sus familias, según las casas de sus padres,
3 de edad de treinta años arriba hasta cincuenta años, todos los que
entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
4 El oficio de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión, en el
lugar santísimo, será este:
5 Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón y sus hijos y
desarmarán el velo de la tienda, y cubrirán con él el arca del testimonio;
6 y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de tejones, y extenderán
encima un paño todo de azul, y le pondrán sus varas.
7 Sobre la mesa de la proposición extenderán un paño azul, y pondrán
sobre ella las escudillas, las cucharas, las copas y los tazones para
libar; y el pan continuo estará sobre ella.
8 Y extenderán sobre ella un paño carmesí, y lo cubrirán con la cubierta
de pieles de tejones; y le pondrán sus varas.
9 Tomarán un paño azul y cubrirán el candelero del alumbrado, sus
lamparillas, sus despabiladeras, sus platillos, y todos sus utensilios del
aceite con que se sirve;
10 y lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta de pieles de
tejones, y lo colocarán sobre unas parihuelas.
11 Sobre el altar de oro extenderán un paño azul, y lo cubrirán con la
cubierta de pieles de tejones, y le pondrán sus varas.
12 Y tomarán todos los utensilios del servicio de que hacen uso en el
santuario, y los pondrán en un paño azul, y los cubrirán con una cubierta
de pieles de tejones, y los colocarán sobre unas parihuelas.
13 Quitarán la ceniza del altar, y extenderán sobre él un paño de
púrpura;
14 y pondrán sobre él todos sus instrumentos de que se sirve: las
paletas, los garfios, los braseros y los tazones, todos los utensilios del
altar; y extenderán sobre él la cubierta de pieles de tejones, y le
pondrán además las varas;
15 Y cuando acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y todos los
utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el campamento, vendrán
después de ello los hijos de Coat para llevarlos; pero no tocarán cosa
santa, no sea que mueran. Estas serán las cargas de los hijos de Coat en
el tabernáculo de reunión.
16 Pero a cargo de Eleazar hijo del sacerdote Aarón estará el aceite del
alumbrado, el incienso aromático, la ofrenda continua y el aceite de la
unción; el cargo de todo el tabernáculo y de todo lo que está en él, del
santuario y de sus utensilios.
17 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
18 No haréis que perezca la tribu de las familias de Coat de entre los
levitas.
19 Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, y no mueran,
haréis con ellos esto: Aarón y sus hijos vendrán y los pondrán a cada uno
en su oficio y en su cargo.
20 No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán.
21 Además habló Jehová a Moisés, diciendo:
22 Toma también el número de los hijos de Gersón según las casas de sus
padres, por sus familias.
23 De edad de treinta años arriba hasta cincuenta años los contarás;
todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
24 Este será el oficio de las familias de Gersón, para ministrar y para
llevar:
25 Llevarán las cortinas del tabernáculo, el tabernáculo de reunión, su
cubierta, la cubierta de pieles de tejones que está encima de él, la
cortina de la puerta del tabernáculo de reunión,
26 las cortinas del atrio, la cortina de la puerta del atrio, que está
cerca del tabernáculo y cerca del altar alrededor, sus cuerdas, y todos
los instrumentos de su servicio y todo lo que será hecho para ellos; así
servirán.
27 Según la orden de Aarón y de sus hijos será todo el ministerio de los
hijos de Gersón en todos sus cargos, y en todo su servicio; y les
encomendaréis en guarda todos sus cargos.
28 Este es el servicio de las familias de los hijos de Gersón en el
tabernáculo de reunión; y el cargo de ellos estará bajo la dirección de
Itamar hijo del sacerdote Aarón.
29 Contarás los hijos de Merari por sus familias, según las casas de sus
padres.
30 Desde el de edad de treinta años arriba hasta el de cincuenta años
los contarás; todos los que entran en compañía para servir en el
tabernáculo de reunión.
31 Este será el deber de su cargo para todo su servicio en el
tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus
columnas y sus basas,
32 las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus
cuerdas, con todos sus instrumentos y todo su servicio; y consignarás por
sus nombres todos los utensilios que ellos tienen que transportar.
33 Este será el servicio de las familias de los hijos de Merari para
todo su ministerio en el tabernáculo de reunión, bajo la dirección de
Itamar hijo del sacerdote Aarón.
34 Moisés, pues, y Aarón, y los jefes de la congregación, contaron a los
hijos de Coat por sus familias y según las casas de sus padres,
35 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta
años; todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de
reunión.
36 Y fueron los contados de ellos por sus familias, dos mil setecientos
cincuenta.
37 Estos fueron los contados de las familias de Coat, todos los que
ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales contaron Moisés y
Aarón, como lo mandó Jehová por medio de Moisés.
38 Y los contados de los hijos de Gersón por sus familias, según las
casas de sus padres,
39 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta
años, todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de
reunión;
40 los contados de ellos por sus familias, según las casas de sus
padres, fueron dos mil seiscientos treinta.
41 Estos son los contados de las familias de los hijos de Gersón, todos
los que ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales contaron Moisés
y Aarón por mandato de Jehová.
42 Y los contados de las familias de los hijos de Merari, por sus
familias, según las casas de sus padres,
43 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta
años, todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de
reunión;
44 los contados de ellos, por sus familias, fueron tres mil doscientos.
45 Estos fueron los contados de las familias de los hijos de Merari, los
cuales contaron Moisés y Aarón, según lo mandó Jehová por medio de Moisés.
46 Todos los contados de los levitas que Moisés y Aarón y los jefes de
Israel contaron por sus familias, y según las casas de sus padres,
47 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta
años, todos los que entraban para ministrar en el servicio y tener cargo
de obra en el tabernáculo de reunión,
48 los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta.
49 Como lo mandó Jehová por medio de Moisés fueron contados, cada uno
según su oficio y según su cargo; los cuales contó él, como le fue
mandado.
Capítulo 5
Todo inmundo es echado fuera del campamento
1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y
a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto.
3 Así a hombres como a mujeres echaréis; fuera del campamento los
echaréis, para que no contaminen el campamento de aquellos entre los
cuales yo habito.
4 Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los echaron fuera del
campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de
Israel.
Ley sobre la restitución
5 Además habló Jehová a Moisés, diciendo:
6 Di a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de
todos los pecados con que los hombres prevarican contra Jehová y
delinquen,
7 aquella persona confesará el pecado que cometió, y compensará
enteramente el daño, y añadirá sobre ello la quinta parte, y lo dará a
aquel contra quien pecó.
8 Y si aquel hombre no tuviere pariente al cual sea resarcido el daño,
se dará la indemnización del agravio a Jehová entregándola al sacerdote,
además del carnero de las expiaciones, con el cual hará expiación por él.
9 Toda ofrenda de todas las cosas santas que los hijos de Israel
presentaren al sacerdote, suya será.
10 Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera
diere al sacerdote, suyo será.
Ley sobre los celos
11 También Jehová habló a Moisés, diciendo:
12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se
descarriare, y le fuere infiel,
13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por
haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni
ella hubiere sido sorprendida en el acto;
14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer,
habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y
tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado;
15 entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su
ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre
ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos,
ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado.
16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová.
17 Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará
también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y
lo echará en el agua.
18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jehová, y
descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda
recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano
las aguas amargas que acarrean maldición.
19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo,
y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas
aguas amargas que traen maldición;
20 mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha
cohabitado contigo alguno fuera de tu marido
21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá
a la mujer): Jehová te haga maldición y execración en medio de tu pueblo,
haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche;
22 y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan
hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén.
23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará
con las aguas amargas;
24 y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y
las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar.
25 Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los
celos, y la mecerá delante de Jehová, y la ofrecerá delante del altar.
26 Y tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y
lo quemará sobre el altar, y después dará a beber las aguas a la mujer.
27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido
infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para
amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será
maldición en medio de su pueblo.
28 Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella
será libre, y será fecunda.
29 Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad
contra su marido, y se amancillare;
30 o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos
de su mujer; la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote
ejecutará en ella toda esta ley.
31 El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.
Capítulo 6
El voto de los nazareos
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se
apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová,
3 se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre
de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas
ni secas.
4 Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid,
desde los granillos hasta el hollejo, no comerá.
5 Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su
cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová,
será santo; dejará crecer su cabello.
6 Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona
muerta.
7 Ni aun por su padre ni por su madre, ni por su hermano ni por su
hermana, podrá contaminarse cuando mueran; porque la consagración de su
Dios tiene sobre su cabeza.
8 Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová.
9 Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será
contaminada; por tanto, el día de su purificación raerá su cabeza; al
séptimo día la raerá.
10 Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a
la puerta del tabernáculo de reunión.
11 Y el sacerdote ofrecerá el uno en expiación, y el otro en holocausto;
y hará expiación de lo que pecó a causa del muerto, y santificará su
cabeza en aquel día.
12 Y consagrará para Jehová los días de su nazareato, y traerá un
cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán
anulados, por cuanto fue contaminado su nazareato.
13 Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo
de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo de reunión,
14 y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin tacha en
holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero
sin defecto por ofrenda de paz.
15 Además un canastillo de tortas sin levadura, de flor de harina
amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y su
ofrenda y sus libaciones.
16 Y el sacerdote lo ofrecerá delante de Jehová, y hará su expiación y
su holocausto;
17 y ofrecerá el carnero en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo
de los panes sin levadura; ofrecerá asimismo el sacerdote su ofrenda y sus
libaciones.
18 Entonces el nazareo raerá a la puerta del tabernáculo de reunión su
cabeza consagrada, y tomará los cabellos de su cabeza consagrada y los
pondrá sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz.
19 Después tomará el sacerdote la espaldilla cocida del carnero, una
torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre sin levadura, y las
pondrá sobre las manos del nazareo, después que fuere raída su cabeza
consagrada;
20 y el sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jehová,
lo cual será cosa santa del sacerdote, además del pecho mecido y de la
espaldilla separada; después el nazareo podrá beber vino.
21 Esta es la ley del nazareo que hiciere voto de su ofrenda a Jehová
por su nazareato, además de lo que sus recursos le permitieren; según el
voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su nazareato.
La bendición sacerdotal
22 Jehová habló a Moisés, diciendo:
23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de
Israel, diciéndoles:
24 Jehová te bendiga, y te guarde;
25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti
misericordia;
26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Capítulo 7
Ofrendas para la dedicación del altar
1 Aconteció que cuando Moisés hubo acabado de levantar el tabernáculo, y
lo hubo ungido y santificado, con todos sus utensilios, y asimismo ungido
y santificado el altar y todos sus utensilios,
2 entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus
padres, los cuales eran los príncipes de las tribus, que estaban sobre los
contados, ofrecieron;
3 y trajeron sus ofrendas delante de Jehová, seis carros cubiertos y
doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y cada uno un buey, y los
ofrecieron delante del tabernáculo.
4 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
5 Tómalos de ellos, y serán para el servicio del tabernáculo de reunión;
y los darás a los levitas, a cada uno conforme a su ministerio.
6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dio a los
levitas.
7 Dos carros y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, conforme a su
ministerio,
8 y a los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su
ministerio bajo la mano de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
9 Pero a los hijos de Coat no les dio, porque llevaban sobre sí en los
hombros el servicio del santuario.
10 Y los príncipes trajeron ofrendas para la dedicación del altar el día
en que fue ungido, ofreciendo los príncipes su ofrenda delante del altar.
11 Y Jehová dijo a Moisés: Ofrecerán su ofrenda, un príncipe un día, y
otro príncipe otro día, para la dedicación del altar.
12 Y el que ofreció su ofrenda el primer día fue Naasón hijo de
Aminadab, de la tribu de Judá.
13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y
un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos
de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
14 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
16 un macho cabrío para expiación;
17 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón hijo de
Aminadab.
18 El segundo día ofreció Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar.
19 Ofreció como su ofrenda un plato de plata de ciento treinta siclos de
peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
20 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
22 un macho cabrío para expiación;
23 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael hijo
de Zuar.
24 El tercer día, Eliab hijo de Helón, príncipe de los hijos de Zabulón.
25 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
26 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
28 un macho cabrío para expiación;
29 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de
Helón.
30 El cuarto día, Elisur hijo de Sedeur, príncipe de los hijos de Rubén.
31 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
32 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
34 un macho cabrío para expiación;
35 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisur hijo de
Sedeur.
36 El quinto día, Selumiel hijo de Zurisadai, príncipe de los hijos de
Simeón.
37 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
38 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
40 un macho cabrío para expiación;
41 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Selumiel hijo
de Zurisadai.
42 El sexto día, Eliasaf hijo de Deuel, príncipe de los hijos de Gad.
43 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
44 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
46 un macho cabrío para expiación;
47 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliasaf hijo de
Deuel.
48 El séptimo día, el príncipe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de
Amiud.
49 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
50 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
52 un macho cabrío para expiación;
53 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisama hijo de
Amiud.
54 El octavo día, el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de
Pedasur.
55 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
56 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
58 un macho cabrío para expiación;
59 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Gamaliel hijo
de Pedasur.
60 El noveno día, el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de
Gedeoni.
61 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
62 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
64 un macho cabrío para expiación;
65 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Abidán hijo de
Gedeoni.
66 El décimo día, el príncipe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de
Amisadai.
67 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
68 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
70 un macho cabrío para expiación;
71 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahiezer hijo de
Amisadai.
72 El undécimo día, el príncipe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de
Ocrán.
73 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso,
y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos
llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
74 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
76 un macho cabrío para expiación;
77 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Pagiel hijo de
Ocrán.
78 El duodécimo día, el príncipe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de
Enán.
79 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y
un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos
de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
80 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;
81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
82 un macho cabrío para expiación;
83 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahira hijo de
Enán.
84 Esta fue la ofrenda que los príncipes de Israel ofrecieron para la
dedicación del altar, el día en que fue ungido: doce platos de plata, doce
jarros de plata, doce cucharas de oro.
85 Cada plato de ciento treinta siclos, y cada jarro de setenta; toda la
plata de la vajilla, dos mil cuatrocientos siclos, al siclo del santuario.
86 Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos cada
cuchara, al siclo del santuario; todo el oro de las cucharas, ciento
veinte siclos.
87 Todos los bueyes para holocausto, doce becerros; doce los carneros,
doce los corderos de un año, con su ofrenda, y doce los machos cabríos
para expiación.
88 Y todos los bueyes de la ofrenda de paz, veinticuatro novillos,
sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, y sesenta los corderos
de un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, después que
fue ungido.
89 Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para hablar con
Dios, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba
sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con
él.
Capítulo 8
Aarón enciende las lámparas
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, las siete
lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero.
3 Y Aarón lo hizo así; encendió hacia la parte anterior del candelero
sus lámparas, como Jehová lo mandó a Moisés.
4 Y esta era la hechura del candelero, de oro labrado a martillo; desde
su pie hasta sus flores era labrado a martillo; conforme al modelo que
Jehová mostró a Moisés, así hizo el candelero.
Consagración de los levitas
5 También Jehová habló a Moisés, diciendo:
6 Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y haz expiación por
ellos.
7 Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la
expiación, y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus
vestidos, y serán purificados.
8 Luego tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de harina amasada con
aceite; y tomarás otro novillo para expiación.
9 Y harás que los levitas se acerquen delante del tabernáculo de
reunión, y reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel.
10 Y cuando hayas acercado a los levitas delante de Jehová, pondrán los
hijos de Israel sus manos sobre los levitas;
11 y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en ofrenda de los
hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová.
12 Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los novillos; y
ofrecerás el uno por expiación, y el otro en holocausto a Jehová, para
hacer expiación por los levitas.
13 Y presentarás a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos,
y los ofrecerás en ofrenda a Jehová.
14 Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán
míos los levitas.
15 Después de eso vendrán los levitas a ministrar en el tabernáculo de
reunión; serán purificados, y los ofrecerás en ofrenda.
16 Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los
hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en
lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel.
17 Porque mío es todo primogénito de entre los hijos de Israel, así de
hombres como de animales; desde el día que yo herí a todo primogénito en
la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.
18 Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los
hijos de Israel.
19 Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los
hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en
el tabernáculo de reunión, y reconcilien a los hijos de Israel; para que
no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al
santuario.
20 Y Moisés y Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel
hicieron con los levitas conforme a todas las cosas que mandó Jehová a
Moisés acerca de los levitas; así hicieron con ellos los hijos de Israel.
21 Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los
ofreció en ofrenda delante de Jehová, e hizo Aarón expiación por ellos
para purificarlos.
22 Así vinieron después los levitas para ejercer su ministerio en el
tabernáculo de reunión delante de Aarón y delante de sus hijos; de la
manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron con
ellos.
23 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:
24 Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a ejercer su
ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión.
25 Pero desde los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio, y
nunca más lo ejercerán.
26 Servirán con sus hermanos en el tabernáculo de reunión, para hacer la
guardia, pero no servirán en el ministerio. Así harás con los levitas en
cuanto a su ministerio.
Capítulo 9
Celebración de la pascua
1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su
salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo:
2 Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo.
3 El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis
a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la
celebraréis.
4 Y habló Moisés a los hijos de Israel para que celebrasen la pascua.
5 Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días del mes,
entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas
que mandó Jehová a Moisés, así hicieron los hijos de Israel.
6 Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de muerto, y no
pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moisés y
delante de Aarón aquel día,
7 y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de
muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo
entre los hijos de Israel?
8 Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré lo que ordena Jehová acerca de
vosotros.
9 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
10 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de
vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o
estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová.
11 En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes,
la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán.
12 No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso
de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán.
13 Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de
celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por
cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre llevará
su pecado.
14 Y si morare con vosotros extranjero, y celebrare la pascua a Jehová,
conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes la celebrará; un
mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.
La nube sobre el tabernáculo
15 El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo
sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo
como una apariencia de fuego, hasta la mañana.
16 Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la
apariencia de fuego.
17 Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel
partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de
Israel.
18 Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de
Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo,
permanecían acampados.
19 Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces
los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían.
20 Y cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato
de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían.
21 Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando
a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día,
y a la noche la nube se levantaba, entonces partían.
22 O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía sobre
el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían
acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían.
23 Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían,
guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de
Moisés.
Capítulo 10
Las trompetas de plata
1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, las
cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los
campamentos.
3 Y cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la
puerta del tabernáculo de reunión.
4 Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán ante ti los
príncipes, los jefes de los millares de Israel.
5 Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos de los que
están acampados al oriente.
6 Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los
campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus
partidas.
7 Pero para reunir la congregación tocaréis, mas no con sonido de
alarma.
8 Y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas; y las
tendréis por estatuto perpetuo por vuestras generaciones.
9 Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo
que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados
por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.
10 Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los
principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros
holocaustos, y sobre los sacrificios de paz, y os serán por memoria
delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.
Los israelitas salen de Sinaí
11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la
nube se alzó del tabernáculo del testimonio.
12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden
de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán.
13 Partieron la primera vez al mandato de Jehová por medio de Moisés.
14 La bandera del campamento de los hijos de Judá comenzó a marchar
primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su
cuerpo de ejército.
15 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Isacar,
Natanael hijo de Zuar.
16 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Zabulón,
Eliab hijo de Helón.
17 Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, se movieron los
hijos de Gersón y los hijos de Merari, que lo llevaban.
18 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de Rubén por sus
ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur estaba sobre su cuerpo de ejército.
19 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Simeón,
Selumiel hijo de Zurisadai.
20 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Gad,
Eliasaf hijo de Deuel.
21 Luego comenzaron a marchar los coatitas llevando el santuario; y
entretanto que ellos llegaban, los otros acondicionaron el tabernáculo.
22 Después comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de
Efraín por sus ejércitos; y Elisama hijo de Amiud estaba sobre su cuerpo
de ejército.
23 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Manasés,
Gamaliel hijo de Pedasur.
24 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Benjamín,
Abidán hijo de Gedeoni.
25 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de
Dan por sus ejércitos, a retaguardia de todos los campamentos; y Ahiezer
hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de ejército.
26 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Aser, Pagiel
hijo de Ocrán.
27 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Neftalí,
Ahira hijo de Enán.
28 Este era el orden de marcha de los hijos de Israel por sus ejércitos
cuando partían.
29 Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro:
Nosotros partimos para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré.
Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a
Israel.
30 Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a
mi parentela.
31 Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los
lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de
ojos.
32 Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová nos ha
de hacer, nosotros te haremos bien.
33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del
pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles
lugar de descanso.
34 Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del
campamento.
35 Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean
dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.
36 Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares
de millares de Israel.
Capítulo 11
Jehová envía codornices
1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová,
y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de
los extremos del campamento.
2 Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego
se extinguió.
3 Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió
en ellos.
4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y
los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera
a comer carne!
5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los
pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;
6 y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros
ojos.
7 Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de
bedelio.
8 El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba
en morteros, y lo cocía en caldera o hacía de él tortas; su sabor era como
sabor de aceite nuevo.
9 Y cuando descendía el rocío sobre el campamento de noche, el maná
descendía sobre él.
10 Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la
puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera;
también le pareció mal a Moisés.
11 Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por
qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este
pueblo sobre mí?
12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas:
Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la
cual juraste a sus padres?
13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque
lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos.
14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en
demasía.
15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he
hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los
ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus
principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen
allí contigo.
17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que
está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y
no la llevarás tú solo.
18 Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, y comeréis carne;
porque habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a
comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto! Jehová, pues, os dará
carne, y comeréis.
19 No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni
veinte días,
20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la
aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de
vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de
Egipto?
21 Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio
del cual yo estoy; ¡y tú dices: Les daré carne, y comerán un mes entero!
22 ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿o se
juntarán para ellos todos los peces del mar para que tengan abasto?
23 Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de
Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no.
24 Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a
los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor
del tabernáculo.
25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del
espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y
cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad
y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban
éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y
profetizaron en el campamento.
27 Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad
profetizan en el campamento.
28 Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus
jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos.
29 Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo
de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.
30 Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.
31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó
sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al
otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la
tierra.
32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche,
y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió
diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del
campamento.
33 Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese
masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió
Jehová al pueblo con una plaga muy grande.
34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí
sepultaron al pueblo codicioso.
35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.
Capítulo 12
María y Aarón murmuran contra Moisés
1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que
había tomado; porque él había tomado mujer cusita.
2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado
también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que
había sobre la tierra.
4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al
tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres.
5 Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la
puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos.
6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros
profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.
8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la
apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra
mi siervo Moisés?
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue.
10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba
leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.
11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre
nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado.
12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del
vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.
13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la
sanes ahora.
14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su
rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del
campamento por siete días, y después volverá a la congregación.
15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó
adelante hasta que se reunió María con ellos.
16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de
Parán.
Capítulo 13
Misión de los doce espías
1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a
los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada
uno príncipe entre ellos.
3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra
de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.
4 Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur.
5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí.
6 De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.
7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José.
8 De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.
9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú.
10 De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi.
11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi.
12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali.
13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael.
14 De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi.
15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui.
16 Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la
tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué.
17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán,
diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte,
18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es
fuerte o débil, si poco o numeroso;
19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las
ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;
20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o
no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las
primeras uvas.
21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin
hasta Rehob, entrando en Hamat.
22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán,
Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de
Zoán en Egipto.
23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento
con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas
y de los higos.
24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron
de allí los hijos de Israel.
25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días.
26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación
de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la
información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de
la tierra.
27 Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual
nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de
ella.
28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades
muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac.
29 Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan
en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.
30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo:
Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros
que ellos.
31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir
contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.
32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían
reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es
tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de
ella son hombres de grande estatura.
33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y
éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a
ellos.
Capítulo 14
Los israelitas se rebelan contra Jehová
1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró
aquella noche.
2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel;
y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o
en este desierto ojalá muriéramos!
3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que
nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor
volvernos a Egipto?
4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a
Egipto.
5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de
toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel.
6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que
habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos,
7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo:
La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera
buena.
8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y
nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de
esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha
apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.
10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de
Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel,
11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo?
¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio
de ellos?
12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre
gente más grande y más fuerte que ellos.
13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque
de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder;
14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que
tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías
tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante
de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego;
15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las
gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo:
16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual
les había jurado, los mató en el desierto.
17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor,
como lo hablaste, diciendo:
18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la
iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al
culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los
terceros y hasta los cuartos.
19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu
misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
Jehová castiga a Israel
20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.
21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra,
22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto
y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,
23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los
que me han irritado la verá.
24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y
decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su
descendencia la tendrá en posesión.
25 Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos
mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.
26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí,
las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?
28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos,
así haré yo con vosotros.
29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que
fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han
murmurado contra mí.
30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi
mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de
Jefone, y a Josué hijo de Nun.
31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa,
yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros
despreciasteis.
32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto.
33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y
ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean
consumidos en el desierto.
34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que
reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un
año por cada día; y conoceréis mi castigo.
35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se
ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
Muerte de los diez espías malvados
36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al
volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación,
desacreditando aquel país,
37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de
plaga delante de Jehová.
38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de
entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.
La derrota en Horma
39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo
se enlutó mucho.
40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte,
diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová;
porque hemos pecado.
41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto
tampoco os saldrá bien.
42 No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no seáis
heridos delante de vuestros enemigos.
43 Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y
caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a seguir a Jehová, por
eso no estará Jehová con vosotros.
44 Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero el
arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del
campamento.
45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel
monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.
Capítulo 15
Leyes sobre las ofrendas
1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en la
tierra de vuestra habitación que yo os doy,
3 y hagáis ofrenda encendida a Jehová, holocausto, o sacrificio, por
especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer en vuestras fiestas
solemnes olor grato a Jehová, de vacas o de ovejas;
4 entonces el que presente su ofrenda a Jehová traerá como ofrenda la
décima parte de un efa de flor de harina, amasada con la cuarta parte de
un hin de aceite.
5 De vino para la libación ofrecerás la cuarta parte de un hin, además
del holocausto o del sacrificio, por cada cordero.
6 Por cada carnero harás ofrenda de dos décimas de flor de harina,
amasada con la tercera parte de un hin de aceite;
7 y de vino para la libación ofrecerás la tercera parte de un hin, en
olor grato a Jehová.
8 Cuando ofrecieres novillo en holocausto o sacrificio, por especial
voto, o de paz a Jehová,
9 ofrecerás con el novillo una ofrenda de tres décimas de flor de
harina, amasada con la mitad de un hin de aceite;
10 y de vino para la libación ofrecerás la mitad de un hin, en ofrenda
encendida de olor grato a Jehová.
11 Así se hará con cada buey, o carnero, o cordero de las ovejas, o
cabrito.
12 Conforme al número así haréis con cada uno, según el número de
ellos.
13 Todo natural hará estas cosas así, para ofrecer ofrenda encendida de
olor grato a Jehová.
14 Y cuando habitare con vosotros extranjero, o cualquiera que
estuviere entre vosotros por vuestras generaciones, si hiciere ofrenda
encendida de olor grato a Jehová, como vosotros hiciereis, así hará él.
15 Un mismo estatuto tendréis vosotros de la congregación y el
extranjero que con vosotros mora; será estatuto perpetuo por vuestras
generaciones; como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová.
16 Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero
que con vosotros mora.
17 También habló Jehová a Moisés, diciendo:
18 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en la
tierra a la cual yo os llevo,
19 cuando comencéis a comer del pan de la tierra, ofreceréis ofrenda a
Jehová.
20 De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en ofrenda; como la
ofrenda de la era, así la ofreceréis.
21 De las primicias de vuestra masa daréis a Jehová ofrenda por
vuestras generaciones.
22 Y cuando errareis, y no hiciereis todos estos mandamientos que
Jehová ha dicho a Moisés,
23 todas las cosas que Jehová os ha mandado por medio de Moisés, desde
el día que Jehová lo mandó, y en adelante por vuestras edades,
24 si el pecado fue hecho por yerro con ignorancia de la congregación,
toda la congregación ofrecerá un novillo por holocausto en olor grato a
Jehová, con su ofrenda y su libación conforme a la ley, y un macho cabrío
en expiación.
25 Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos
de Israel; y les será perdonado, porque yerro es; y ellos traerán sus
ofrendas, ofrenda encendida a Jehová, y sus expiaciones delante de Jehová
por sus yerros.
26 Y será perdonado a toda la congregación de los hijos de Israel, y al
extranjero que mora entre ellos, por cuanto es yerro de todo el pueblo.
27 Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para
expiación.
28 Y el sacerdote hará expiación por la persona que haya pecado por
yerro; cuando pecare por yerro delante de Jehová, la reconciliará, y le
será perdonado.
29 El nacido entre los hijos de Israel, y el extranjero que habitare
entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.
30 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el
extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su
pueblo.
31 Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció su
mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá
sobre ella.
Lapidación de un violador del día de reposo
32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que
recogía leña en día de reposo.
33 Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a
Aarón, y a toda la congregación;
34 y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le
había de hacer.
35 Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre;
apedréelo toda la congregación fuera del campamento.
36 Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo
apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.
Franjas en los vestidos
37 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los
bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de
los bordes un cordón de azul.
39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de
todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en
pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os
prostituyáis.
40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis
santos a vuestro Dios.
41 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para
ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.
Capítulo 16
La rebelión de Coré
1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram
hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente,
2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los
hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones
de renombre.
3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de
vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio
de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la
congregación de Jehová?
4 Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su rostro;
5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová
quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él
escogiere, él lo acercará a sí.
6 Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito,
7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehová
mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto os
baste, hijos de Leví.
8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví:
9 ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación
de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del
tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para
ministrarles,
10 y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví
contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?
11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra
Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?
12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos
respondieron: No iremos allá.
13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y
miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees
de nosotros imperiosamente?
14 Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni
nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos
hombres? No subiremos.
15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a
su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he
hecho mal.
16 Después dijo Moisés a Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana
delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón;
17 y tomad cada uno su incensario y poned incienso en ellos, y acercaos
delante de Jehová cada uno con su incensario, doscientos cincuenta
incensarios; tú también, y Aarón, cada uno con su incensario.
18 Y tomó cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y echaron
en ellos incienso, y se pusieron a la puerta del tabernáculo de reunión
con Moisés y Aarón.
19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda la congregación a la
puerta del tabernáculo de reunión; entonces la gloria de Jehová apareció a
toda la congregación.
20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
21 Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento.
22 Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los
espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué
airarte contra toda la congregación?
23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
24 Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la
tienda de Coré, Datán y Abiram.
25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos
de Israel fueron en pos de él.
26 Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las
tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que
no perezcáis en todos sus pecados.
27 Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en
derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus
tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos.
28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que
hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.
29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser
visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió.
30 Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los
tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces
conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.
31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se
abrió la tierra que estaba debajo de ellos.
32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos
los hombres de Coré, y a todos sus bienes.
33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los
cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.
34 Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al
grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra.
35 También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los
doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.
36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
37 Di a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de
en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son
santificados
38 los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán de
ellos planchas batidas para cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con
ellos delante de Jehová, son santificados, y serán como señal a los hijos
de Israel.
39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce con que los
quemados habían ofrecido; y los batieron para cubrir el altar,
40 en recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún extraño que no
sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer incienso delante
de Jehová, para que no sea como Coré y como su séquito; según se lo dijo
Jehová por medio de Moisés.
41 El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel
murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al
pueblo de Jehová.
42 Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y
Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había
cubierto, y apareció la gloria de Jehová.
43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo de reunión.
44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
45 Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un
momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros.
46 Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del
altar, y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz
expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová;
la mortandad ha comenzado.
47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y corrió en
medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el
pueblo; y él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo,
48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad.
49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil
setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré.
50 Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de
reunión, cuando la mortandad había cesado.
Capítulo 17
La vara de Aarón florece
1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa
de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las
casas de sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara.
3 Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque cada
jefe de familia de sus padres tendrá una vara.
4 Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del testimonio,
donde yo me manifestaré a vosotros.
5 Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante
de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.
6 Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos
le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, en
total doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos.
7 Y Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del
testimonio.
8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del
testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había
reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras.
9 Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los
hijos de Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara.
10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del
testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás
cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran.
11 E hizo Moisés como le mandó Jehová, así lo hizo.
12 Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí
nosotros somos muertos, perdidos somos, todos nosotros somos perdidos.
13 Cualquiera que se acercare, el que viniere al tabernáculo de Jehová,
morirá. ¿Acabaremos por perecer todos?
Capítulo 18
Sostenimiento de sacerdotes y levitas
1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo,
llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el
pecado de vuestro sacerdocio.
2 Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz
que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán; y tú y tus hijos
contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio.
3 Y guardarán lo que tú ordenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas
no se acercarán a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran
ellos y vosotros.
4 Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del tabernáculo de
reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de
acercar a vosotros.
5 Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que
no venga más la ira sobre los hijos de Israel.
6 Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre
los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Jehová, para que sirvan en
el ministerio del tabernáculo de reunión.
7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo
relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis. Yo os he
dado en don el servicio de vuestro sacerdocio; y el extraño que se
acercare, morirá.
8 Dijo más Jehová a Aarón: He aquí yo te he dado también el cuidado de
mis ofrendas; todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he
dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo.
9 Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del
fuego; toda ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación por el
pecado de ellos, y toda expiación por la culpa de ellos, que me han de
presentar, será cosa muy santa para ti y para tus hijos.
10 En el santuario la comerás; todo varón comerá de ella; cosa santa
será para ti.
11 Esto también será tuyo: la ofrenda elevada de sus dones, y todas las
ofrendas mecidas de los hijos de Israel, he dado a ti y a tus hijos y a
tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; todo limpio en tu casa comerá de
ellas.
12 De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, las primicias
de ello, que presentarán a Jehová, para ti las he dado.
13 Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las cuales
traerán a Jehová, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas.
14 Todo lo consagrado por voto en Israel será tuyo.
15 Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán a Jehová, así
de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el
primogénito del hombre; también harás redimir el primogénito de animal
inmundo.
16 De un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme a tu
estimación, por el precio de cinco siclos, conforme al siclo del
santuario, que es de veinte geras.
17 Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja y el primogénito
de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociarás
sobre el altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor
grato a Jehová.
18 Y la carne de ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y
como la espaldilla derecha, será tuya.
19 Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de
Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para tus hijos y para
tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante
de Jehová para ti y para tu descendencia contigo.
20 Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni
entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los
hijos de Israel.
21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel
por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio
del tabernáculo de reunión.
22 Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión,
para que no lleven pecado por el cual mueran.
23 Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y
ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros
descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel.
24 Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de
Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre
los hijos de Israel no poseerán heredad.
25 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
26 Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos
de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad,
vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los
diezmos.
27 Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como
producto del lagar.
28 Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Jehová de todos vuestros
diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda
de Jehová al sacerdote Aarón.
29 De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de todo lo
mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada.
30 Y les dirás: Cuando ofreciereis lo mejor de ellos, será contado a
los levitas como producto de la era, y como producto del lagar.
31 Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues
es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de
reunión.
32 Y no llevaréis pecado por ello, cuando hubiereis ofrecido la mejor
parte de él; y no contaminaréis las cosas santas de los hijos de Israel, y
no moriréis.
Capítulo 19
La purificación de los inmundos
1 Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di
a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la
cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo;
3 y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del
campamento, y la hará degollar en su presencia.
4 Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará
hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella
siete veces;
5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre,
con su estiércol, hará quemar.
6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y
lo echará en medio del fuego en que arde la vaca.
7 El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará también su cuerpo con
agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote
hasta la noche.
8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará
en agua su cuerpo, y será inmundo hasta la noche.
9 Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera
del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los
hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación.
10 Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos, y será
inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de Israel,
y para el extranjero que mora entre ellos.
11 El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días.
12 Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será
limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo
día.
13 Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se
purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será
cortada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada
sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él.
14 Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que
entre en la tienda, y todo el que esté en ella, será inmundo siete días.
15 Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será
inmunda;
16 y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del
campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será
inmundo.
17 Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la
expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente;
18 y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará
sobre la tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí
estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o
el muerto, o el sepulcro.
19 Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y
cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y
a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche.
20 Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será
cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de
Jehová; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo.
21 Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la
purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la
purificación será inmundo hasta la noche.
22 Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo
tocare será inmunda hasta la noche.
Capítulo 20
Agua de la roca
1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de
Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y
allí fue sepultada.
2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra
Moisés y Aarón.
3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto
cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!
4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto,
para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?
5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal
lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni
aun de agua para beber.
6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta
del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria
de Jehová apareció sobre ellos.
7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y
hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás
aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.
9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.
10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y
les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta
peña?
11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces;
y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.
12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí,
para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis
esta congregación en la tierra que les he dado.
13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los
hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.
Edom rehúsa dar paso a Israel
14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así
dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido;
15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto
largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres;
16 y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y
nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus
fronteras.
17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni
por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin
apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu
territorio.
18 Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré
contra ti armado.
19 Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; y si
bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; déjame
solamente pasar a pie, nada más.
20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho
pueblo, y mano fuerte.
21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se
desvió Israel de él.
Aarón muere en el Monte Hor
22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación,
vinieron al monte de Hor.
23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera
de la tierra de Edom, diciendo:
24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo
di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en
las aguas de la rencilla.
25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor,
26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su
hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.
27 Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la
vista de toda la congregación.
28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a
Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y
Eleazar descendieron del monte.
29 Y viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron
duelo por treinta días todas la familias de Israel.
Capítulo 21
El rey de Arad ataca a Israel
1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que
venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él
prisioneros.
2 Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares
este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.
3 Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los
destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.
La serpiente de bronce
4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear
la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.
5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste
subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni
agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.
6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al
pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.
7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber
hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros
estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.
8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre
una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y
cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce,
y vivía.
Los israelitas rodean la tierra de Moab
10 Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot.
11 Y partiendo de Obot, acamparon en Ije-abarim, en el desierto que
está enfrente de Moab, al nacimiento del sol.
12 Partieron de allí, y acamparon en el valle de Zered.
13 De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón, que está en el
desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite de
Moab, entre Moab y el amorreo.
14 Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:
Lo que hizo en el Mar Rojo,
Y en los arroyos de Arnón;
15 Y a la corriente de los arroyos
Que va a parar en Ar,
Y descansa en el límite de Moab.
16 De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a
Moisés: Reúne al pueblo, y les daré agua.
17 Entonces, cantó Israel este cántico:
Sube, oh pozo; a él cantad;
18 Pozo, el cual cavaron los señores.
Lo cavaron los príncipes del pueblo,
Y el legislador, con sus báculos.
Del desierto vinieron a Matana,
19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot;
20 y de Bamot al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre de
Pisga, que mira hacia el desierto.
Israel derrota a Sehón
21 Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos,
diciendo:
22 Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las
viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos,
hasta que pasemos tu territorio.
23 Mas Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que juntó
Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y vino a Jahaza
y peleó contra Israel.
24 Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón
hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de
Amón era fuerte.
25 Y tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las
ciudades del amorreo, en Hesbón y en todas sus aldeas.
26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de los amorreos, el cual
había tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su
tierra hasta Arnón.
27 Por tanto dicen los proverbistas:
Venid a Hesbón,
Edifíquese y repárese la ciudad de Sehón.
28 Porque fuego salió de Hesbón,
Y llama de la ciudad de Sehón,
Y consumió a Ar de Moab,
A los señores de las alturas de Arnón.
29 ¡Ay de ti, Moab!
Pereciste, pueblo de Quemos.
Fueron puestos sus hijos en huida,
Y sus hijas en cautividad,
Por Sehón rey de los amorreos.
30 Mas devastamos el reino de ellos;
Pereció Hesbón hasta Dibón,
Y destruimos hasta Nofa y Medeba.
Israel derrota a Og de Basán
31 Así habitó Israel en la tierra del amorreo.
32 También envió Moisés a reconocer a Jazer; y tomaron sus aldeas, y
echaron al amorreo que estaba allí.
33 Y volvieron, y subieron camino de Basán; y salió contra ellos Og rey
de Basán, él y todo su pueblo, para pelear en Edrei.
34 Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tu mano
lo he entregado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él
como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.
35 E hirieron a él y a sus hijos, y a toda su gente, sin que le quedara
uno, y se apoderaron de su tierra.
Capítulo 22
Balac manda llamar a Balaam
1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab
junto al Jordán, frente a Jericó.
2 Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo.
3 Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se
angustió Moab a causa de los hijos de Israel.
4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente todos
nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de
Zipor era entonces rey de Moab.
5 Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está
junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen,
diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la
tierra, y habita delante de mí.
6 Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más
fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé
que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito.
7 Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas
de adivinación en su mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras
de Balac.
8 El les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os daré respuesta según
Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
9 Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están
contigo?
10 Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha
enviado a decirme:
11 He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la
tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y
echarlo.
12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al
pueblo, porque bendito es.
13 Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac:
Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con
vosotros.
14 Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron:
Balaam no quiso venir con nosotros.
15 Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que
los otros;
16 los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de
Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;
17 porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven,
pues, ahora, maldíceme a este pueblo.
18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me
diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de
Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande.
19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que
yo sepa qué me vuelve a decir Jehová.
20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte
estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.
El ángel y el asna de Balaam
21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con
los príncipes de Moab.
22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se
puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su
asna, y con él dos criados suyos.
23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su
espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el
campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.
24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía
pared a un lado y pared al otro.
25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó
contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.
26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde
no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda.
27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y
Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.
28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué
te he hecho, que me has azotado estas tres veces?
29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá
tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!
30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado
desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así
contigo? Y él respondió: No.
31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová
que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam
hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.
32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas
tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es
perverso delante de mí.
33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas
tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría
a ti, y a ella dejaría viva.
34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía
que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal,
yo me volveré.
35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la
palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de
Balac.
36 Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de
Moab, que está junto al límite de Arnón, que está al extremo de su
territorio.
37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has
venido a mí? ¿No puedo yo honrarte?
38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré
ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa
hablaré.
39 Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot.
40 Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y envió a Balaam, y a los
príncipes que estaban con él.
Balaam bendice a Israel
41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal,
y desde allí vio a los más cercanos del pueblo.
Capítulo 23
1 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí
siete becerros y siete carneros.
2 Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un
becerro y un carnero en cada altar.
3 Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá
Jehová me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te
avisaré. Y se fue a un monte descubierto.
4 Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he
ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.
5 Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: Vuelve a
Balac, y dile así.
6 Y volvió a él, y he aquí estaba él junto a su holocausto, él y todos
los príncipes de Moab.
7 Y él tomó su parábola, y dijo:
De Aram me trajo Balac,
Rey de Moab, de los montes del oriente;
Ven, maldíceme a Jacob,
Y ven, execra a Israel.
8 ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré,
Y desde los collados lo miraré;
He aquí un pueblo que habitará confiado,
Y no será contado entre las naciones.
10 ¿Quién contará el polvo de Jacob,
O el número de la cuarta parte de Israel?
Muera yo la muerte de los rectos,
Y mi postrimería sea como la suya.
11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te he traído para
que maldigas a mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones.
12 El respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir lo que Jehová ponga en mi
boca?
13 Y dijo Balac: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual
los veas; solamente los más cercanos verás, y no los verás todos; y desde
allí me los maldecirás.
14 Y lo llevó al campo de Zofim, a la cumbre de Pisga, y edificó siete
altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
15 Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré
a encontrar a Dios allí.
16 Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y
le dijo: Vuelve a Balac, y dile así.
17 Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él
los príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová?
18 Entonces él tomó su parábola, y dijo:
Balac, levántate y oye;
Escucha mis palabras, hijo de Zipor:
19 Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
20 He aquí, he recibido orden de bendecir;
El dio bendición, y no podré revocarla.
21 No ha notado iniquidad en Jacob,
Ni ha visto perversidad en Israel.
Jehová su Dios está con él,
Y júbilo de rey en él.
22 Dios los ha sacado de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
23 Porque contra Jacob no hay agüero,
Ni adivinación contra Israel.
Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel:
¡Lo que ha hecho Dios!
24 He aquí el pueblo que como león se levantará,
Y como león se erguirá;
No se echará hasta que devore la presa,
Y beba la sangre de los muertos.
25 Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo
bendigas.
26 Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que
Jehová me diga, eso tengo que hacer?
27 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar;
por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas.
28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia el
desierto.
29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y
prepárame aquí siete becerros y siete carneros.
30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero
en cada altar.
Capítulo 24
1 Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a
Israel, no fue, como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino
que puso su rostro hacia el desierto;
2 y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el
Espíritu de Dios vino sobre él.
3 Entonces tomó su parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Y dijo el varón de ojos abiertos;
4 Dijo el que oyó los dichos de Dios,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
Tus habitaciones, oh Israel!
6 Como arroyos están extendidas,
Como huertos junto al río,
Como áloes plantados por Jehová,
Como cedros junto a las aguas.
7 De sus manos destilarán aguas,
Y su descendencia será en muchas aguas;
Enaltecerá su rey más que Agag,
Y su reino será engrandecido.
8 Dios lo sacó de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
Devorará a las naciones enemigas,
Desmenuzará sus huesos,
Y las traspasará con sus saetas.
9 Se encorvará para echarse como león,
Y como leona; ¿quién lo despertará?
Benditos los que te bendijeren,
Y malditos los que te maldijeren.
Profecía de Balaam
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus
manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los
has bendecido ya tres veces.
11 Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que
Jehová te ha privado de honra.
12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros
que me enviaste, diciendo:
13 Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré
traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio,
mas lo que hable Jehová, eso diré yo?
14 He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo
que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.
15 Y tomó su parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Dijo el varón de ojos abiertos;
16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová,
Y el que sabe la ciencia del Altísimo,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
17 Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca;
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel,
Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos los hijos de Set.
18 Será tomada Edom,
Será también tomada Seir por sus enemigos,
E Israel se portará varonilmente.
19 De Jacob saldrá el dominador,
Y destruirá lo que quedare de la ciudad.
20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo:
Amalec, cabeza de naciones;
Mas al fin perecerá para siempre.
21 Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo:
Fuerte es tu habitación;
Pon en la peña tu nido;
22 Porque el ceneo será echado,
Cuando Asiria te llevará cautivo.
23 Tomó su parábola otra vez, y dijo:
¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?
24 Vendrán naves de la costa de Quitim,
Y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber;
Mas él también perecerá para siempre.
25 Entonces se levantó Balaam y se fue,
y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su amino.
Capítulo 25
Israel acude a Baal-peor
1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas
de Moab,
2 las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el
pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.
3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió
contra Israel.
4 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y
ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se
apartará de Israel.
5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a
aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.
6 Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita
a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de
Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.
7 Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se
levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano;
8 y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al
varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los
hijos de Israel.
9 Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar
mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual
yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.
12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él;
13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del
sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por
los hijos de Israel.
14 Y el nombre del varón que fue muerto con la madianita era Zimri hijo
de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón.
15 Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de Zur,
príncipe de pueblos, padre de familia en Madián.
16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
17 Hostigad a los madianitas, y heridlos,
18 por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os
han engañado en lo tocante a Baal-peor, y en lo tocante a Cozbi hija del
príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad
por causa de Baal-peor.
Capítulo 26
Censo del pueblo en Moab
1 Aconteció después de la mortandad, que Jehová habló a Moisés y a
Eleazar hijo del sacerdote Aarón, diciendo:
2 Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de
veinte años arriba, por las casas de sus padres, todos los que pueden
salir a la guerra en Israel.
3 Y Moisés y el sacerdote Eleazar hablaron con ellos en los campos de
Moab, junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:
4 Contaréis el pueblo de veinte años arriba, como mandó Jehová a Moisés
y a los hijos de Israel que habían salido de tierra de Egipto.
5 Rubén, primogénito de Israel; los hijos de Rubén: de Enoc, la familia
de los enoquitas; de Falú, la familia de los faluitas;
6 de Hezrón, la familia de los hezronitas; de Carmi, la familia de los
carmitas.
7 Estas son las familias de los rubenitas; y fueron contados de ellas
cuarenta y tres mil setecientos treinta.
8 Los hijos de Falú: Eliab.
9 Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram. Estos Datán y Abiram
fueron los del consejo de la congregación, que se rebelaron contra Moisés
y Aarón con el grupo de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová;
10 y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel
grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta varones, para
servir de escarmiento.
11 Mas los hijos de Coré no murieron.
12 Los hijos de Simeón por sus familias: de Nemuel, la familia de los
nemuelitas; de Jamín, la familia de los jaminitas; de Jaquín, la familia
de los jaquinitas;
13 de Zera, la familia de los zeraítas; de Saúl, la familia de los
saulitas.
14 Estas son las familias de los simeonitas, veintidós mil doscientos.
15 Los hijos de Gad por sus familias: de Zefón, la familia de los
zefonitas; de Hagui, la familia de los haguitas; de Suni, la familia de
los sunitas;
16 de Ozni, la familia de los oznitas; de Eri, la familia de los
eritas;
17 de Arod, la familia de los aroditas; de Areli, la familia de los
arelitas.
18 Estas son las familias de Gad; y fueron contados de ellas cuarenta
mil quinientos.
19 Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán murieron en la tierra de
Canaán.
20 Y fueron los hijos de Judá por sus familias: de Sela, la familia de
los selaítas; de Fares, la familia de los faresitas; de Zera, la familia
de los zeraítas.
21 Y fueron los hijos de Fares: de Hezrón, la familia de los
hezronitas; de Hamul, la familia de los hamulitas.
22 Estas son las familias de Judá, y fueron contados de ellas setenta y
seis mil quinientos.
23 Los hijos de Isacar por sus familias; de Tola, la familia de los
tolaítas; de Fúa, la familia de los funitas;
24 de Jasub, la familia de los jasubitas; de Simrón, la familia de los
simronitas.
25 Estas son las familias de Isacar, y fueron contados de ellas sesenta
y cuatro mil trescientos.
26 Los hijos de Zabulón por sus familias: de Sered, la familia de los
sereditas; de Elón, la familia de los elonitas; de Jahleel, la familia de
los jahleelitas.
27 Estas son las familias de los zabulonitas, y fueron contados de
ellas sesenta mil quinientos.
28 Los hijos de José por sus familias: Manasés y Efraín.
29 Los hijos de Manasés: de Maquir, la familia de los maquiritas; y
Maquir engendró a Galaad; de Galaad, la familia de los galaaditas.
30 Estos son los hijos de Galaad: de Jezer, la familia de los
jezeritas; de Helec, la familia de los helequitas;
31 de Asriel, la familia de los asrielitas; de Siquem, la familia de
los siquemitas;
32 de Semida, la familia de los semidaítas; de Hefer, la familia de los
heferitas.
33 Y Zelofehad hijo de Hefer no tuvo hijos sino hijas; y los nombres de
las hijas de Zelofehad fueron Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.
34 Estas son las familias de Manasés; y fueron contados de ellas
cincuenta y dos mil setecientos.
35 Estos son los hijos de Efraín por sus familias: de Sutela, la
familia de los sutelaítas; de Bequer, la familia de los bequeritas; de
Tahán, la familia de los tahanitas.
36 Y estos son los hijos de Sutela: de Erán, la familia de los
eranitas.
37 Estas son las familias de los hijos de Efraín; y fueron contados de
ellas treinta y dos mil quinientos. Estos son los hijos de José por sus
familias.
38 Los hijos de Benjamín por sus familias: de Bela, la familia de los
belaítas; de Asbel, la familia de los asbelitas; de Ahiram, la familia de
los ahiramitas;
39 de Sufam, la familia de los sufamitas; de Hufam, la familia de los
hufamitas.
40 Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: de Ard, la familia de los
arditas; de Naamán, la familia de los naamitas.
41 Estos son los hijos de Benjamín por sus familias; y fueron contados
de ellos cuarenta y cinco mil seiscientos.
42 Estos son los hijos de Dan por sus familias: de Súham, la familia de
los suhamitas. Estas son las familias de Dan por sus familias.
43 De las familias de los suhamitas fueron contados sesenta y cuatro
mil cuatrocientos.
44 Los hijos de Aser por sus familias: de Imna, la familia de los
imnitas; de Isúi, la familia de los isuitas; de Bería, la familia de los
beriaítas.
45 Los hijos de Bería: de Heber, la familia de los heberitas; de
Malquiel, la familia de los malquielitas.
46 Y el nombre de la hija de Aser fue Sera.
47 Estas son las familias de los hijos de Aser; y fueron contados de
ellas cincuenta y tres mil cuatrocientos.
48 Los hijos de Neftalí, por sus familias: de Jahzeel, la familia de
los jahzeelitas; de Guni, la familia de los gunitas;
49 de Jezer, la familia de los jezeritas; de Silem, la familia de los
silemitas.
50 Estas son las familias de Neftalí por sus familias; y fueron
contados de ellas cuarenta y cinco mil cuatrocientos.
51 Estos son los contados de los hijos de Israel, seiscientos un mil
setecientos treinta.
Orden para la repartición de la tierra
52 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
53 A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los
nombres.
54 A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se
le dará su heredad conforme a sus contados.
55 Pero la tierra será repartida por suerte; y por los nombres de las
tribus de sus padres heredarán.
56 Conforme a la suerte será repartida su heredad entre el grande y el
pequeño.
Censo de la tribu de Leví
57 Los contados de los levitas por sus familias son estos: de Gersón,
la familia de los gersonitas; de Coat, la familia de los coatitas; de
Merari, la familia de los meraritas.
58 Estas son las familias de los levitas: la familia de los libnitas,
la familia de los hebronitas, la familia de los mahlitas, la familia de
los musitas, la familia de los coreítas. Y Coat engendró a Amram.
59 La mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a
Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a María su
hermana.
60 Y a Aarón le nacieron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
61 Pero Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante
de Jehová.
62 De los levitas fueron contados veintitrés mil, todos varones de un
mes arriba; porque no fueron contados entre los hijos de Israel, por
cuanto no les había de ser dada heredad entre los hijos de Israel.
Caleb y Josué sobreviven
63 Estos son los contados por Moisés y el sacerdote Eleazar, los cuales
contaron los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán frente
a Jericó.
64 Y entre éstos ninguno hubo de los contados por Moisés y el sacerdote
Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí.
65 Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no
quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
Capítulo 27
Petición de las hijas de Zelofehad
1 Vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo
de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés hijo de José, los
nombres de las cuales eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa;
2 y se presentaron delante de Moisés y delante del sacerdote Eleazar, y
delante de los príncipes y de toda la congregación, a la puerta del
tabernáculo de reunión, y dijeron:
3 Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de
los que se juntaron contra Jehová en el grupo de Coré, sino que en su
propio pecado murió, y no tuvo hijos.
4 ¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia,
por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro
padre.
5 Y Moisés llevó su causa delante de Jehová.
6 Y Jehová respondió a Moisés, diciendo:
7 Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una
heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su
padre a ellas.
8 Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cuando alguno muriere sin
hijos, traspasaréis su herencia a su hija.
9 Si no tuviere hija, daréis su herencia a sus hermanos;
10 y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su
padre.
11 Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia a su pariente
más cercano de su linaje, y de éste será; y para los hijos de Israel esto
será por estatuto de derecho, como Jehová mandó a Moisés.
Josué es designado como sucesor de Moisés
12 Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra
que he dado a los hijos de Israel.
13 Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo,
como fue reunido tu hermano Aarón.
14 Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la
rencilla de la congregación, no santificándome en las aguas a ojos de
ellos. Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin.
15 Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo:
16 Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la
congregación,
17 que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los
saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como
ovejas sin pastor.
18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual
hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él;
19 y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la
congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos.
20 Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de
los hijos de Israel le obedezca.
21 El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el
juicio del Urim delante de Jehová; por el dicho de él saldrán, y por el
dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda la
congregación.
22 Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo
puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación;
23 y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Jehová había
mandado por mano de Moisés.
Capítulo 28
Las ofrendas diarias
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Manda a los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda, mi pan con mis
ofrendas encendidas en olor grato a mí, guardaréis, ofreciéndomelo a su
tiempo.
3 Y les dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová:
dos corderos sin tacha de un año, cada día, será el holocausto continuo.
4 Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la
caída de la tarde;
5 y la décima parte de un efa de flor de harina, amasada con un cuarto
de un hin de aceite de olivas machacadas, en ofrenda.
6 Es holocausto continuo, que fue ordenado en el monte Sinaí para olor
grato, ofrenda encendida a Jehová.
7 Y su libación, la cuarta parte de un hin con cada cordero; derramarás
libación de vino superior ante Jehová en el santuario.
8 Y ofrecerás el segundo cordero a la caída de la tarde; conforme a la
ofrenda de la mañana y conforme a su libación ofrecerás, ofrenda encendida
en olor grato a Jehová.
Ofrendas mensuales y del día de reposo
9 Mas el día de reposo, dos corderos de un año sin defecto, y dos
décimas de flor de harina amasada con aceite, como ofrenda, con su
libación.
10 Es el holocausto de cada día de reposo, además del holocausto
continuo y su libación.
11 Al comienzo de vuestros meses ofreceréis en holocausto a Jehová dos
becerros de la vacada, un carnero, y siete corderos de un año sin defecto;
12 y tres décimas de flor de harina amasada con aceite, como ofrenda
con cada becerro; y dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como
ofrenda con cada carnero;
13 y una décima de flor de harina amasada con aceite, en ofrenda que se
ofrecerá con cada cordero; holocausto de olor grato, ofrenda encendida a
Jehová.
14 Y sus libaciones de vino, medio hin con cada becerro, y la tercera
parte de un hin con cada carnero, y la cuarta parte de un hin con cada
cordero. Este es el holocausto de cada mes por todos los meses del año.
15 Y un macho cabrío en expiación se ofrecerá a Jehová, además del
holocausto continuo con su libación.
Ofrendas de las fiestas solemnes
16 Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, será la pascua
de Jehová.
17 Y a los quince días de este mes, la fiesta solemne; por siete días
se comerán panes sin levadura.
18 El primer día será santa convocación; ninguna obra de siervos
haréis.
19 Y ofreceréis como ofrenda encendida en holocausto a Jehová, dos
becerros de la vacada, y un carnero, y siete corderos de un año; serán sin
defecto.
20 Y su ofrenda de harina amasada con aceite: tres décimas con cada
becerro, y dos décimas con cada carnero;
21 y con cada uno de los siete corderos ofreceréis una décima.
22 Y un macho cabrío por expiación, para reconciliaros.
23 Esto ofreceréis además del holocausto de la mañana, que es el
holocausto continuo.
24 Conforme a esto ofreceréis cada uno de los siete días, vianda y
ofrenda encendida en olor grato a Jehová; se ofrecerá además del
holocausto continuo, con su libación.
25 Y el séptimo día tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos
haréis.
26 Además, el día de las primicias, cuando presentéis ofrenda nueva a
Jehová en vuestras semanas, tendréis santa convocación; ninguna obra de
siervos haréis.
27 Y ofreceréis en holocausto, en olor grato a Jehová, dos becerros de
la vacada, un carnero, siete corderos de un año;
28 y la ofrenda de ellos, flor de harina amasada con aceite, tres
décimas con cada becerro, dos décimas con cada carnero,
29 y con cada uno de los siete corderos una décima;
30 y un macho cabrío para hacer expiación por vosotros.
31 Los ofreceréis, además del holocausto continuo con sus ofrendas, y
sus libaciones; serán sin defecto.
Capítulo 29
1 En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación;
ninguna obra de siervos haréis; os será día de sonar las trompetas.
2 Y ofreceréis holocausto en olor grato a Jehová, un becerro de la
vacada, un carnero, siete corderos de un año sin defecto;
3 y la ofrenda de ellos, de flor de harina amasada con aceite, tres
décimas de efa con cada becerro, dos décimas con cada carnero,
4 y con cada uno de los siete corderos, una décima;
5 y un macho cabrío por expiación, para reconciliaros,
6 además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto continuo
y su ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como ofrenda encendida a
Jehová en olor grato.
7 En el diez de este mes séptimo tendréis santa convocación, y
afligiréis vuestras almas; ninguna obra haréis;
8 y ofreceréis en holocausto a Jehová en olor grato, un becerro de la
vacada, un carnero, y siete corderos de un año; serán sin defecto.
9 Y sus ofrendas, flor de harina amasada con aceite, tres décimas de
efa con cada becerro, dos décimas con cada carnero,
10 y con cada uno de los siete corderos, una décima;
11 y un macho cabrío por expiación; además de la ofrenda de las
expiaciones por el pecado, y del holocausto continuo y de sus ofrendas y
de sus libaciones.
12 También a los quince días del mes séptimo tendréis santa
convocación; ninguna obra de siervos haréis, y celebraréis fiesta solemne
a Jehová por siete días.
13 Y ofreceréis en holocausto, en ofrenda encendida a Jehová en olor
grato, trece becerros de la vacada, dos carneros, y catorce corderos de un
año; han de ser sin defecto.
14 Y las ofrendas de ellos, de flor de harina amasada con aceite, tres
décimas de efa con cada uno de los trece becerros, dos décimas con cada
uno de los dos carneros,
15 y con cada uno de los catorce corderos, una décima;
16 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo, su
ofrenda y su libación.
17 El segundo día, doce becerros de la vacada, dos carneros, catorce
corderos de un año sin defecto,
18 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y
con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
19 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, y
su ofrenda y su libación.
20 El día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un
año sin defecto;
21 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y
con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
22 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo, y
su ofrenda y su libación.
23 El cuarto día, diez becerros, dos carneros, catorce corderos de un
año sin defecto;
24 sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y
con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
25 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, su
ofrenda y su libación.
26 El quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce corderos de un
año sin defecto;
27 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y
con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
28 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo, su
ofrenda y su libación.
29 El sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce corderos de un
año sin defecto;
30 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y
con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
31 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo, su
ofrenda y su libación.
32 El séptimo día, siete becerros, dos carneros, catorce corderos de un
año sin defecto;
33 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y
con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
34 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo, con
su ofrenda y su libación.
35 El octavo día tendréis solemnidad; ninguna obra de siervos haréis.
36 Y ofreceréis en holocausto, en ofrenda encendida de olor grato a
Jehová, un becerro, un carnero, siete corderos de un año sin defecto;
37 sus ofrendas y sus libaciones con el becerro, con el carnero y con
los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;
38 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo, con
su ofrenda y su libación.
39 Estas cosas ofreceréis a Jehová en vuestras fiestas solemnes, además
de vuestros votos, y de vuestras ofrendas voluntarias, para vuestros
holocaustos, y para vuestras ofrendas, y para vuestras libaciones, y para
vuestras ofrendas de paz.
40 Y Moisés dijo a los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehová le
había mandado.
Capítulo 30
Ley de los votos
1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel,
diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado.
2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su
alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo
que salió de su boca.
3 Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con
obligación en casa de su padre, en su juventud;
4 si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su
padre callare a ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda
obligación con que hubiere ligado su alma, firme será.
5 Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus
obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y
Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó.
6 Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios
cosa con que obligue su alma;
7 si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de
ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será.
8 Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella
hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y
Jehová la perdonará.
9 Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será
firme.
10 Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su
alma con obligación de juramento,
11 si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus
votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma,
firme será.
12 Mas si su marido los anuló el día que los oyó, todo lo que salió de
sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su alma, será
nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará.
13 Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma, su marido
lo confirmará, o su marido lo anulará.
14 Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó
todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; los
confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó.
15 Mas si los anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el
pecado de ella.
16 Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y
su mujer, y entre el padre y su hija durante su juventud en casa de su
padre.
Capítulo 31
Venganza de Israel contra Madián
1 Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después
serás recogido a tu pueblo.
3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros
para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en
Madián.
4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel,
enviaréis a la guerra.
5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce
mil en pie de guerra.
6 Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees
hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra con los vasos del santuario, y
con las trompetas en su mano para tocar.
7 Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a
todo varón.
8 Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián,
Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam hijo
de Beor mataron a espada.
9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los
madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y
arrebataron todos sus bienes,
10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones.
11 Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así de hombres como de
bestias.
12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la congregación de
los hijos de Israel, los cautivos y el botín y los despojos al campamento,
en los llanos de Moab, que están junto al Jordán frente a Jericó.
13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de
la congregación, a recibirlos fuera del campamento.
14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los
jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra,
15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las
mujeres?
16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos
de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que
hubo mortandad en la congregación de Jehová.
17 Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad
también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente.
18 Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido
varón, las dejaréis con vida.
19 Y vosotros, cualquiera que haya dado muerte a persona, y cualquiera
que haya tocado muerto, permaneced fuera del campamento siete días, y os
purificaréis al tercer día y al séptimo, vosotros y vuestros cautivos.
20 Asimismo purificaréis todo vestido, y toda prenda de pieles, y toda
obra de pelo de cabra, y todo utensilio de madera.
Repartición del botín
21 Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que venían de la
guerra: Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha mandado a Moisés:
22 Ciertamente el oro y la plata, el bronce, hierro, estaño y plomo,
23 todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será
limpio, bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y
haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego.
24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis
limpios; y después entraréis en el campamento.
25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
26 Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así de las personas como
de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y los jefes de los padres de la
congregación;
27 y partirás por mitades el botín entre los que pelearon, los que
salieron a la guerra, y toda la congregación.
28 Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra que
salieron a la guerra; de quinientos, uno, así de las personas como de los
bueyes, de los asnos y de las ovejas.
29 De la mitad de ellos lo tomarás; y darás al sacerdote Eleazar la
ofrenda de Jehová.
30 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno de
cada cincuenta de las personas, de los bueyes, de los asnos, de las ovejas
y de todo animal, y los darás a los levitas, que tienen la guarda del
tabernáculo de Jehová.
31 E hicieron Moisés y el sacerdote Eleazar como Jehová mandó a Moisés.
32 Y fue el botín, el resto del botín que tomaron los hombres de
guerra, seiscientas setenta y cinco mil ovejas,
33 setenta y dos mil bueyes,
34 y sesenta y un mil asnos.
35 En cuanto a personas, de mujeres que no habían conocido varón, eran
por todas treinta y dos mil.
36 Y la mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el
número de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas;
37 y el tributo de las ovejas para Jehová fue seiscientas setenta y
cinco.
38 De los bueyes, treinta y seis mil; y de ellos el tributo para
Jehová, setenta y dos.
39 De los asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo para
Jehová, sesenta y uno.
40 Y de las personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para Jehová,
treinta y dos personas.
41 Y dio Moisés el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, al sacerdote
Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés.
42 Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los
hombres que habían ido a la guerra
43 (la mitad para la congregación fue: de las ovejas, trescientas
treinta y siete mil quinientas;
44 de los bueyes, treinta y seis mil;
45 de los asnos, treinta mil quinientos;
46 y de las personas, dieciséis mil);
47 de la mitad, pues, para los hijos de Israel, tomó Moisés uno de cada
cincuenta, así de las personas como de los animales, y los dio a los
levitas, que tenían la guarda del tabernáculo de Jehová, como Jehová lo
había mandado a Moisés.
48 Vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los
jefes de millares y de centenas,
49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de
guerra que están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros.
50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha
hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y
cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová.
51 Y Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de ellos, alhajas,
todas elaboradas.
52 Y todo el oro de la ofrenda que ofrecieron a Jehová los jefes de
millares y de centenas fue dieciséis mil setecientos cincuenta siclos.
53 Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí.
54 Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes
de millares y de centenas, y lo trajeron al tabernáculo de reunión, por
memoria de los hijos de Israel delante de Jehová.
Capítulo 32
Rubén y Gad se establecen al oriente del Jordán
1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa
muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les
pareció el país lugar de ganado.
2 Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a
Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación,
diciendo:
3 Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón,
4 la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es
tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado.
5 Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra
a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.
6 Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán
vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?
7 ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la
tierra que les ha dado Jehová?
8 Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde Cades- barnea
para que viesen la tierra.
9 Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron la tierra,
desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra que
Jehová les había dado.
10 Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo:
11 No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba,
la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto
no fueron perfectos en pos de mí;
12 excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que
fueron perfectos en pos de Jehová.
13 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar
errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella
generación que había hecho mal delante de Jehová.
14 Y he aquí, vosotros habéis sucedido en lugar de vuestros padres,
prole de hombres pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra
Israel.
15 Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en
el desierto, y destruiréis a todo este pueblo.
16 Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí
majadas para nuestro ganado, y ciudades para nuestros niños;
17 y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los
hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños
quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del país.
18 No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean
cada uno su heredad.
19 Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni
adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del
Jordán al oriente.
20 Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis
para ir delante de Jehová a la guerra,
21 y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta
que haya echado a sus enemigos de delante de sí,
22 y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis
libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será
vuestra en heredad delante de Jehová.
23 Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed
que vuestro pecado os alcanzará.
24 Edificaos ciudades para vuestros niños, y majadas para vuestras
ovejas, y haced lo que ha declarado vuestra boca.
25 Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés, diciendo:
Tus siervos harán como mi señor ha mandado.
26 Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras
bestias, estarán ahí en las ciudades de Galaad;
27 y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de
Jehová a la guerra, de la manera que mi señor dice.
28 Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo
de Nun, y a los príncipes de los padres de las tribus de los hijos de
Israel.
29 Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan
con vosotros el Jordán, armados todos para la guerra delante de Jehová,
luego que el país sea sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra
de Galaad en posesión;
30 mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión
entre vosotros, en la tierra de Canaán.
31 Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo:
Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos.
32 Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán,
y la posesión de nuestra heredad será a este lado del Jordán.
33 Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la
media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey amorreo y el
reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y sus territorios,
las ciudades del país alrededor.
34 Y los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer,
35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha,
36 Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron también
majadas para ovejas.
37 Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim,
38 Nebo, Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a
las ciudades que edificaron.
39 Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron,
y echaron al amorreo que estaba en ella.
40 Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en
ella.
41 También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por
nombre Havot-jair.
42 Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba,
conforme a su nombre.
Capítulo 33
Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán
1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la
tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.
2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de
Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.
3 De Ramesés salieron en el mes primero, a los quince días del mes
primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel con mano
poderosa, a vista de todos los egipcios,
4 mientras enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de
muerte de entre ellos, a todo primogénito; también había hecho Jehová
juicios contra sus dioses.
5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot.
6 Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del
desierto.
7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de
Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.
8 Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y
anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, y acamparon en
Mara.
9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de
aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí.
10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.
11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.
12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.
13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.
14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo
aguas para beber.
15 Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.
16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.
17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.
18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma.
19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.
20 Salieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.
21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa.
22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata.
23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.
24 Salieron del monte de Sefer y acamparon en Harada.
25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.
26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat.
27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.
28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca.
29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.
30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.
31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.
32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.
33 Salieron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.
34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona.
35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.
36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es
Cades.
37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad
del país de Edom.
38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de
Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de
Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.
39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el
monte de Hor.
40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de
Canaán, oyó que habían venido los hijos de Israel.
41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona.
42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón.
43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.
44 Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.
45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.
46 Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.
47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim,
delante de Nebo.
48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab,
junto al Jordán, frente a Jericó.
49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta
Abel-sitim, en los campos de Moab.
Límites y repartición de Canaán
50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente
a Jericó, diciendo:
51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán
entrando en la tierra de Canaán,
52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y
destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición,
y destruiréis todos sus lugares altos;
53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella;
porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.
54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los
muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia;
donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de
vuestros padres heredaréis.
55 Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros,
sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros
ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en
que vosotros habitareis.
56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.
Capítulo 34
1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la
tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la
tierra de Canaán según sus límites,
3 tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera
de Edom; y será el límite del sur al extremo del Mar Salado hacia el
oriente.
4 Este límite os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim,
y pasará hasta Zin; y se extenderá del sur a Cades- barnea; y continuará a
Hasar-adar, y pasará hasta Asmón.
5 Rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y sus
remates serán al occidente.
6 Y el límite occidental será el Mar Grande; este límite será el límite
occidental.
7 El límite del norte será este: desde el Mar Grande trazaréis al monte
de Hor.
8 Del monte de Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel
límite hasta Zedad;
9 y seguirá este límite hasta Zifrón, y terminará en Hazar- enán; este
será el límite del norte.
10 Por límite al oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam;
11 y bajará este límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y
descenderá el límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente.
12 Después descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar
Salado: esta será vuestra tierra por sus límites alrededor.
13 Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra
que se os repartirá en heredades por sorteo, que mandó Jehová que diese a
las nueve tribus, y a la media tribu;
14 porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres,
y la tribu de los hijos de Gad según las casas de sus padres, y la media
tribu de Manasés, han tomado su heredad.
15 Dos tribus y media tomaron su heredad a este lado del Jordán frente
a Jericó al oriente, al nacimiento del sol.
16 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán la tierra: El
sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun.
18 Tomaréis también de cada tribu un príncipe, para dar la posesión de
la tierra.
19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb
hijo de Jefone.
20 De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud.
21 De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón.
22 De la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli.
23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el
príncipe Haniel hijo de Efod,
24 y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de
Siftán.
25 De la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elizafán hijo de
Parnac.
26 De la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel hijo de
Azán.
27 De la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.
28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de
Amiud.
29 A éstos mandó Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a
los hijos de Israel en la tierra de Canaán.
Capítulo 35
Herencia de los levitas
1 Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán frente a
Jericó, diciendo:
2 Manda a los hijos de Israel que den a los levitas, de la posesión de
su heredad, ciudades en que habiten; también daréis a los levitas los
ejidos de esas ciudades alrededor de ellas.
3 Y tendrán ellos las ciudades para habitar, y los ejidos de ellas
serán para sus animales, para sus ganados y para todas sus bestias.
4 Y los ejidos de las ciudades que daréis a los levitas serán mil codos
alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera.
5 Luego mediréis fuera de la ciudad al lado del oriente dos mil codos,
al lado del sur dos mil codos, al lado del occidente dos mil codos, y al
lado del norte dos mil codos, y la ciudad estará en medio; esto tendrán
por los ejidos de las ciudades.
6 Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de
refugio, las cuales daréis para que el homicida se refugie allá; y además
de éstas daréis cuarenta y dos ciudades.
7 Todas las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho
ciudades con sus ejidos.
8 Y en cuanto a las ciudades que diereis de la heredad de los hijos de
Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho, y del que tiene poco tomaréis
poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión que
heredará.
Ciudades de refugio
9 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
10 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado al otro
lado del Jordán a la tierra de Canaán,
11 os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el
homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención.
12 Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y no
morirá el homicida hasta que entre en juicio delante de la congregación.
13 De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de
refugio.
14 Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, y tres ciudades daréis
en la tierra de Canaán, las cuales serán ciudades de refugio.
15 Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, y
para el extranjero y el que more entre ellos, para que huya allá
cualquiera que hiriere de muerte a otro sin intención.
16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el
homicida morirá.
17 Y si con piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y
muriere, homicida es; el homicida morirá.
18 Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo
hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá.
19 El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo
encontrare, él lo matará.
20 Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas,
y muere;
21 o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es
homicida; el vengador de la sangre matará al homicida cuando lo
encontrare.
22 Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él
cualquier instrumento sin asechanzas,
23 o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo,
y muriere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal;
24 entonces la congregación juzgará entre el que causó la muerte y el
vengador de la sangre conforme a estas leyes;
25 y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la
sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la
cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo
sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo.
26 Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de
refugio, en la cual se refugió,
27 y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad
de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le
culpará por ello;
28 pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el
sumo sacerdote; y después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida
volverá a la tierra de su posesión.
Ley sobre los testigos y sobre el rescate
29 Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades,
en todas vuestras habitaciones.
30 Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá
el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que
muera.
31 Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado
a muerte; indefectiblemente morirá.
32 Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para
que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote.
33 Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre
amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue
derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó.
34 No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual
yo habito; porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel.
Capítulo 36
Ley del casamiento de las herederas
1 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de
Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José; y hablaron
delante de Moisés y de los príncipes, jefes de las casas paternas de los
hijos de Israel,
2 y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la tierra a
los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor, que
dé la posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas.
3 Y si ellas se casaren con algunos de los hijos de las otras tribus de
los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de la herencia
de nuestros padres, y será añadida a la herencia de la tribu a que se
unan; y será quitada de la porción de nuestra heredad.
4 Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de
ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; así la heredad
de ellas será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres.
5 Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová,
diciendo: La tribu de los hijos de José habla rectamente.
6 Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad,
diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu
de su padre se casarán,
7 para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu
en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la
heredad de la tribu de sus padres.
8 Y cualquiera hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de
Israel, con alguno de la familia de la tribu de su padre se casará, para
que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres,
9 y no ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una
de las tribus de los hijos de Israel estará ligada a su heredad.
10 Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad.
11 Y así Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se
casaron con hijos de sus tíos paternos.
12 Se casaron en la familia de los hijos de Manasés, hijo de José; y la
heredad de ellas quedó en la tribu de la familia de su padre.
13 Estos son los mandamientos y los estatutos que mandó Jehová por
medio de Moisés a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al
Jordán, frente a Jericó. |